Ser responsables con el planeta es, para esta empresa, ir más allá del reciclaje. Hace ya años que nos pusimos seriamente a la tarea, analizamos nuestro día a día, detectamos dónde actuar y lo hicimos.
Gestionar de forma adecuada el ciclo de vida de todos los materiales que empleamos supuso aplicar ciertas rutinas que, aunque en principio pudieron parecernos un poco engorrosas, hoy son parte de nuestro día a día. Separar atendiendo a los diferentes componentes de los papeles, cartones y planchas; reutilizar todo lo que sea posible; no mezclar envases de toners y tintas con los de otro tipo; destruir y eliminar componentes en los lugares certificados para ello… ¡Nuestro empeño y conciencia llega al extremo de diferenciar incluso, donde van los paños con los que limpiamos las máquinas de impresión!
Somos ecológicos tanto en nuestros procesos internos como en los materiales que ofrecemos a nuestros clientes: papeles reciclados, reciclables o con certificación de sostenibilidad (FSC), tintas no contaminantes y procesos de producción sostenibles como nuestra nueva máquina filmadora, que no utiliza químicos. La apuesta, inicialmente, nos resultó un poco decepcionante pues los precios, sensiblemente más caros, eran rechazados. Perseveramos; los mantuvimos en cartera y comprobamos hoy, que los clientes los demandan. Está claro que la conciencia medioambiental ha cambiado y pues ya todos estamos en el camino pero nosotros siempre queremos ir más allá: ¿hay algo nuevo que podamos aportar?, ¿Qué puede el diseño gráfico, en sí mismo, hacer al respecto?
Sobre a la primera de las preguntas, encontrar con un papel de origen mineral, sin madera, sin agua, sin cloro y sin PVC fue para nosotros un gran descubrimiento y ser los primeros en traerlo a Canarias nuestra aportación. El papel piedra, desarrollado en Taiwan es, además de ecológico, muy suave, resistente, impermeable y aislante.
Para la segunda cuestión, la respuesta es sí. Las nuevas corrientes de diseño gráfico tienen el factor “sostenibilidad” siempre presente. Líneas tipográficas que requieren menos tinta, reducción o eliminación de grandes masas de color, tricromía frente a cuatricromía (siempre que sea posible), impresiones directas a envase… y ¡hasta imprimir sin tinta! Esto último suena un poco de otra galaxia pero es real. El diseñador estadounidense Beau Eaton lo hizo para uno de sus proyectos propios y resultó todo un éxito. El diseño gráfico sostenible o consciente, como también lo llaman algunos, está aquí para quedarse. La pelota está ahora en nuestro tejado; recogemos el testigo y nos ponemos a ello.